Capítulo 08: Uno para todos


—Lucas… ¡Lucas!
Nadia, la primera en despertarse en todo el hogar, bajó las escaleras corriendo muy temprano por la mañana, cuando el sol ni siquiera había terminado de salir por completo. Se agachó junto al cuerpo inconsciente.
—¡Lucas! ¡¿Qué te pasó?! ¡¿Qué te hicieron?! ¡Despertate, pibe! —gritaba mientras le daba pequeños golpecitos para hacerlo reaccionar—. ¡Clarita! ¡Alguien! ¡Auxilio! ¡Algo le pasó a Lucas!

Media hora más tarde, Lucas recuperó el conocimiento. Estaba sentado en el sillón del vestíbulo, con Clarita y el resto de los chicos alrededor suyo, mirándolo. Tenía además una sensación de ardor en toda la cabeza y varias partes del cuerpo.
—¡Lucas! ¡Te despertaste! —exclamó Nadia abrazándolo.
—Me arde la piel.
—Porque te cubrimos las heridas con alcohol y vendas. Pero ya estás bien —explicó Clarita.
—Pensé que te habíamos perdido para siempre —dijo Mateo con la voz cortada.
—Para este momento supongo que ya se habrán dado cuenta, pero anoche entraron unos delincuentes al hogar. Traté de detenerlos, pero eran como cuatro, y no pude hacer nada. Ellos fueron los que me dejaron así.
—¡Lucas! ¡Eso es muy peligroso, no lo hagas nunca más! ¡Tu salud está primero! —Clarita lo sacudió como intentando hacerlo reaccionar.
—Yo sé los problemas de dinero que tienen (bueno, que tenemos) acá en el hogar, y no iba a dejar que los tres chiflados empeoren todavía más las cosas. No voy a permitirlo mientras yo esté acá.
Clarita lo tomó de la mano. —Entiendo que Soledad te haya dejado a cargo del cuidado de tus amigos, pero también cuidate vos mismo. Además, tenés que estar bien para cuidar a los demás, esa es la mejor manera de ayudarlos. Para situaciones como las de anoche está la policía.
—Además nosotros siempre fuimos pobres, estamos acostumbrados —dijo Paco.
—¿Llegaron a robar mucho? —preguntó Lucas.
Clarita soltó un suspiro, dudando, y luego respondió—: Sí, prácticamente todo… estamos en bancarrota. Pero vos no te preocupes por eso, son temas de adultos. Vos encargate de recuperarte.
—¿Qué? ¡Todo por mi culpa! ¡No puede ser!
—¿Qué decís, Lucas? —intervino Julián—. Vos hiciste todo lo que pudiste, ya está. No es culpa tuya, es culpa de los idiotas que entraron anoche.
—No importa —espetó Lucas—. No puedo dejar que todo esto termine así. Voy a salir a trabajar a la calle, como antes. No voy a ganar mucho, pero seguro que de algo va a servir.
—Yo voy con vos —se ofreció Julián.
Mateo y Paco hicieron lo mismo. El grupo entero miró a Amir, expectante.
—Bueno… supongo que… ¿yo también? —dijo finalmente el príncipe.
—Me sumo a ayudar —declaró Malena.
—De ninguna manera, no te voy a exponer a vos a eso —sentenció Clarita—. Que los varones lo hagan es una cosa, pero que una chica ande por la calle trabajando ya es demasiado peligroso.
—¡Qué injusto! ¡Si yo también viví en la calle como él! Por lo menos tenés que darnos permiso a Carola, Tali, y a mí, que somos las que sobrevivimos en la calle junto con los chicos. Y Lucía, que también vivió eso por su parte. El resto de las chicas que se queden.
—Bueno, basta che. Hablemos de algo más alegre, pibes… como por ejemplo que hoy es el cumpleaños de Josefina —anunció Nadia—. ¡Feliz cumple, Jose!
Todos los chicos la felicitaron y la saludaron uno por uno, así como también le cantaron el «Feliz cumpleaños».
—Gracias a todos. No me importa que sea un cumpleaños sin torta ni regalo, lo único que me importa es que estén conmigo —dijo Josefina con una sonrisa.
—No te preocupes, Jose —la tranquilizó Lucas—. Con lo que ganemos hoy te vamos a comprar una torta. A lo mejor no va a ser la mejor que puedas tener… pero va a ser mejor que nada. Te lo prometo. Podemos empezar ahora mismo, chicos. Desde temprano.
—Esperá —lo detuvo Clarita, impidiendo que se levante—. Primero necesito que me describas a los chicos que entraron anoche, así voy a hacer la denuncia a la comisaría.
—Bueno… en realidad no los vi muy bien porque estaba muy oscuro. Solo pude ver a uno, el primero que me agarró y el que empezó a golpearme. Parecía mucho más grande que yo, era muy alto, y tenía pelo oscuro con rulos.
—Esperá. —Paco se puso de pie, como si tuviera algo muy importante para aportar—. ¿Te hablaba muy de cerca todo el tiempo? ¿Y tenía una voz muy apagada?
—Sí. ¿Por qué? ¿Lo conocés?
—Ya vengo. —Paco subió las escaleras hasta el cuarto corriendo, y las bajó igualmente rápido, esta vez con una fotografía en su mano que le cedió a Lucas—. ¿Es este? ¿Lo reconocés?
—Sí, es él.
—Estabas más que equivocado cuando decías que era tu culpa. La culpa fue totalmente mía. Yo lo conozco, lo vi siguiéndome hasta acá muchas veces, y quiso asaltarme en la calle pero me escapé. Tendría que haberte avisado antes, Clarita —se disculpó—; si lo hubiera hecho, todo esto podría haberse evitado.
—¿Dónde conseguiste esa foto, Paco? —preguntó Tali, quien parecía más sorprendida que el resto.
—Está pegada en varias esquinas del barrio. Este chico ya es conocido en la zona por robarle los teléfonos a la gente que pasa caminando sola.
Tali apartó a Úrsula y a Estrella disimuladamente. —¿No tienen la impresión de haberlo visto antes? —les susurró. Ambas negaron con la cabeza. —¿Se acuerdan del chico que me robó el corazón en el circo el otro día? Bueno, parece que corazones no es lo único que roba. Es el de la foto que tiene Paco.
—Yo conozco a ese chico también —confesó Carola.
«¿Cómo conoce al amor de mi vida? ¡Si ella no fue al circo con nosotras!» pensó Tali.
—¿De dónde lo conocés? —preguntó Clarita.

—Es amigo de mis hermanastros; robaban juntos. Y comienzo a creer que fueron ellos los otros chicos que entraron anoche. Capaz no estaban buscando robar, sino alguien que robe por ellos… Me estaban buscando a mí.

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¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

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