Capítulo 25: Ser bruja tiene sus ventajas
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Buscá la Luz
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Los días siguientes Lucas había estado muy alterado. Tenía
que robar su legajo, pero María Julia parecía no querer despegarse nunca de su
oficina, haciendo que su misión sea prácticamente imposible de concretar. Había
intentado hacerlo de noche, mientras todos dormían, pero María Julia había sido
precavida y había protegido la puerta de su oficina con un candado por si
ingresaban ladrones en mitad de la noche y querían robar el dinero que guardaba
allí.
Para empeorar las cosas, Carola ya sabía todo: que Lucas
tenía una hermana menor, que le había enviado cartas, y que le había pedido que
robe. No quería confiarle algo tan importante a ella, pero Julián había
insistido tanto que no pudo evitar ceder. Ahora habían oído a María Julia salir
de su oficina así que se reunieron rápidamente en la sala principal para
ejecutar su plan.
—Ustedes quédense acá, y si la ven a María Julia me avisan y
la distraen así me escapo, ¿entendieron? —les explicó a Julián y a Carola.
—Sí —respondieron ambos.
—¿Qué hacen? —preguntó Tali, ingresando desde el comedor
junto con Úrsula.
—Nada, nena. Cosas nuestras, andate —le ordenó Julián.
—Pará, no la trates así —la defendió Carola.
—¡Eso! ¿Quién te pensás que sos para hablarme así, cara de
rana?
—¡Basta, Tali! ¡Andate, es algo privado! Y vos también,
Úrsula —exigió Lucas, ya con poca paciencia. Estaba demasiado tenso por la
situación; lo último que necesitaba era más personas involucradas, y mucho
menos Úrsula, a quien apenas conocía.
—¡Idiotas! ¡Me las van a pagar! —les gritó Tali regresando
al comedor. Furiosa, cruzó hacia la cocina y comenzó a comer una manzana junto
a Úrsula.
—¿No le decís a tu amiga que haga aparecer un chocolate o
algo? Tengo hambre —le pidió Mateo, saliendo desde detrás de la mesada.
—¿Quién te pensás que soy, nene? A mí nadie me va a decir
qué es lo que tengo que hacer con mi magia —se quejó Úrsula.
—¡Pero tengo hambre! ¡Y a vos no te cuesta nada!
—Comé otra cosa —espetó—. Las brujas somos así.
—¡Esperá! Se me acaba de ocurrir una idea genial para
vengarnos de Lucas —dijo Tali por lo bajo a su amiga. Esta se inclinó y oyó el
plan, mientras Mateo las miraba con curiosidad, intentando descifrar qué
estaban diciendo, mas sin poder lograrlo.
Lucas había ya ingresado a la oficina de María Julia. Su
objetivo era sencillo y claro: debía robar su legajo (un documento que contenía
sus datos personales) y más tarde, lejos del hogar y sus alrededores, quemarlo.
No sabía el motivo, pero su hermana había sido muy específica con su petición.
Julián y Carola estaban protegiéndolo desde la puerta, pero
aun así debía apurarse, pues María Julia podría regresar en cualquier momento.
Su oficina era extrañamente pequeña, pero para nada acogedora. Las paredes, si
bien eran fieles al diseño del resto del hogar, estaban decoradas con fotos de
María Julia en las cuales su verruga tenía un protagonismo mucho mayor que su
rostro.
No perdió más tiempo y comenzó a revisar todos los cajones y
las carpetas que habían a su alrededor. Papeles en blanco, papeles llenos de
números, una extraña novela fúnebre cuya tapa era un ciervo volando en la
noche, docenas de diarios viejos… ¿Para qué quería María Julia todas esas
cosas? Siguió buscando y finalmente lo encontró, o al menos eso parecía: su
legajo estaba allí. Era una pequeña carpeta con su foto y algunos datos suyos.
Teniendo en cuenta que probablemente iba a ser su única oportunidad en mucho
tiempo, decidió revisar que ese sea el documento correcto antes de irse.
Comenzó entonces a leer…
—¡Temperare Cacaum
Dolor! —exclamó Úrsula con su varita en mano, cuidándose de no ser vista
por nadie más que Tali.
Mateo se alejó entonces de la alacena, percibiendo un aroma
que lo dominaba por completo.
—¡Chocolate! —susurró con repentina felicidad. Siguió el
aroma y notó que provenía de la oficina de María Julia, pero Carola y Julián no
lo dejaban ingresar. Estaban bloqueando la puerta.
—No podés entrar, Mateo —le dijo Julián.
—No, porque están en el medio. ¡Salgan!
—No, acá adentro no se puede entrar. Es la oficina de María
Julia —le explicó Carola.
—¡Ustedes porque se quieren comer todos los chocolates
solos! ¡Egoístas! ¡Déjenme entrar! —Mateo intentó ingresar por la fuerza, pero
Julián lo retuvo. —¡Soltame! ¡Basta! ¡Dejame entrar!
—¡No podés, ya te lo dije! ¡Andá a otro lado!
—¡Déjenme! —insistía Mateo, gritando cada vez más.
—¡¿Qué es todo este escándalo?! —Habían estado tan ocupados
discutiendo que no se habían dado cuenta de que María Julia los había oído y se
había acercado.
—Eh… nada… —musitó Julián, de repente soltando a Mateo, y
sin sonar muy convincente.
—¡¿Qué están haciendo todos ustedes en la puerta de mi
oficina?!
—Nada, señorita María Julia; nosotros solamente… —intentó
mentir Carola, pero María Julia no le dio tiempo y cruzó la puerta, empujando a
los tres con violencia.
Ninguna mentira pudo ser suficiente para las imágenes que
sus ojos acababan de percibir: Lucas, el más grande de los chicos del hogar,
sentado en su escritorio, con su legajo en mano, leyéndolo.
Robar un legajo y meterse en la oficina era una violación
muy grave a las reglas; Lucas tenía que ser castigado con todo el peso de la
justicia, y María Julia Del Solar no iba a dudar en castigarlo con ganas.
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¿Qué es "Buscá la luz"?
"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.
En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.
Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.
Escrito por Fundador
Muy buen capitulo...
ResponderEliminarMenos por una cosita:
¡Le pillaron a Lucas!
Yo también estoy haciendo una novela, de Rincón de Luz, ya viste la entrada y eso. Bueno esperaré el próximo capitulo con ansias:)
me lei mas de 10 caps en un dia, esto es adictivo! ajja.
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