Capítulo 20: Misión cumplida
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Buscá la Luz
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Sebastián no
regresó sino hasta varios días después de haber estado internado. Lucas tenía
la leve esperanza de que su padre considerara su ataque de apendicitis como
castigo suficiente y lo lleve de vuelta a vivir con él, pero lamentablemente no
había sido así.
El Dr. Caride
ingresó junto con su hijo a Rincón de Luz esa tarde.
Llevaba en su mano una lista de indicaciones del médico con cuidados que
Sebastián debía tener, principalmente en lo referido a la alimentación, durante
al menos dos semanas. Le entregó la lista a María Julia y, luego de ambos estar
encerrados en la dirección varios minutos, ella salió y le pidió a Lucas que
entrara.
—¿Yo? ¿Por
qué? ¡No tuve la culpa de lo que le pasó a Sebastián!
—No es por eso.
Entrá
—le ordenó.
Lucas cruzó la
puerta y se sentó en una silla junto a la del Dr. Caride, frente al escritorio
de María Julia. Sin saber muy bien cómo reaccionar, lo saludó con calidez;
afortunadamente, él respondió con afecto también.
—Bueno, en
realidad yo no tuve nada que ver esta vez. El que pidió
hablar específicamente con usted fue el Dr. Caride. Él tiene algo muy
importante para decirte.
Una sola cosa vino
a la mente de Lucas en ese momento. No podía ser, no podía ilusionarse.
No podía llenarse de esperanzas otra vez, de alegría, creyendo que le iban a
decir «Encontramos a tu hermana» cuando en realidad iba a ser algo totalmente
diferente y la tristeza iba a invadirlo de nuevo.
—Te preguntarás qué
es eso tan importante que vengo a contarte. ¿No es así?
—¿Es
sobre mi hermana? ¿La encontró? —Lucas no pudo resistir la tentación de
preguntarlo.
—Bueno… qué
perceptivo es este chico, María Julia —comentó con complicidad—. Sí, es eso. Me
alegro mucho traerte esta buena noticia.
Lucas sintió
demasiadas emociones la vez, pero increíblemente la mayor de ellas era decepción:
estaba seguro de que todo esto era un sueño y que iba a despertarse en
cualquier momento. Iba a estar en su cama, solo, despertándose para ir al
colegio más triste que de costumbre.
—Pero… ¿Así
de la nada? ¿Es una broma? Tiene que ser una broma… ¿Es una broma?
—No, Lucas
—contestó el Dr. Caride con una sonrisa—. Mi equipo
logro localizarla. Vine a detallar con la directora del hogar los últimos
detalles, y afortunadamente me dio el visto bueno: Lucía viene a vivir al hogar
apenas terminen de realizarse todos los trámites.
Se pellizcó
intentando que ninguno de los presentes lo note: no era un sueño. Estaba
despierto. Estaba despierto y había recuperado a su hermana. Iba a volver a
vivir con Lucía. Iba a volver a ser feliz.
De repente ya no
le importaba tener que vivir con Sebastián. No podía creer haberse
puesto mal por algo tan estúpido… ni siquiera le molestaría tener que vivir con
él toda su vida. ¿A quién le importaba? ¡Había recuperado a su hermana!
Víctima
de la felicidad y la emoción, y con los ojos un poco húmedos, abrazó con
efusividad al Dr. Caride.
—¡Gracias!
¡Gracias! No puedo creerlo. Yo… no puedo… yo… —dijo, sin saber muy bien cómo
unir las palabras. Le dio la sensación de estar hablando un idioma que nadie más
entendía. Un idioma que solo podía ser comprendido por aquellos que estaban
pasando por lo mismo que él.
Sin siquiera ser
consciente de lo que estaba haciendo, salió corriendo hacia la sala
principal, donde estaban algunos de los chicos.
—¡Chicos,
encontré a mi hermana! ¡Va a venir a vivir acá! —gritó con felicidad y la voz
un poco quebrada.
De repente le
llovieron felicitaciones, abrazos, afectos, acompañantes.
Todos lo abrazaban y todos lo felicitaban. Todos se alegraban por él. Lucía ya
era la más querida del hogar sin siquiera haber ingresado todavía.
—¿Sabés,
Lucas? Tu directora tuvo muchísimo que ver con esto —dijo el Dr. Caride, que
había salido junto con María Julia de su oficina—. Ella me ayudó de una manera
indispensable… no hubiéramos podido encontrarla sin su ayuda.
En la cara de María
Julia se asomó una leve sonrisa que no pudo disimular.
Lejos de verla
como al ser que alguna vez odió, que lo torturó, y que le hizo la vida
imposible, Lucas la abrazó con muchísimo afecto. Tanto afecto… probablemente
mucho más del que María Julia hubo recibido en toda su vida.
—Bueno, bueno… no
es nada —le dijo con cierto aire de timidez, alejándolo, y fingiendo ser fría.
—Me alegro mucho
por vos, Lucas. De verdad —lo felicitó Amir, quien se había quedado
afuera de todo hasta ese momento.
—Gracias —replicó, y
lo abrazó también.
El único
de sus «enemigos» con el que le faltaba reconciliarse estaba arriba, en su
cuarto. Lucas sabía que Sebastián no iba a bajar a felicitarlo ni a alegrarse;
después de todo, fue él en primera instancia quien lo ilusionó con haber
encontrado a su hermana cuando en realidad no era así, y por ese motivo ahora
estaba siendo castigado viviendo en el hogar.
Pero no le
importaba. Había encontrado a su hermana, a Lucía, a quien había
estado buscando durante muchísimos años. Esa tarde el cielo brillaba más, los
colores estaban más vivos, todos los sonidos se oían como música celestial, y
cada respiración era una caricia al alma.
Nada podía
arruinar ese momento. Ahora, junto a su hermana, Lucas era invencible.
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¿Qué es "Buscá la luz"?
"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.
En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.
Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.
Escrito por Fundador
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