Capítulo 09: Niño de la calle


Probablemente habían pensado que nunca más iban a hacer algo así, pero ahí estaban: los seis amigos que vivían juntos bajo un puente volvían a la calle, esta vez acompañados por otros chicos más. Se dividieron en grupos para trabajar, cada grupo con uno de los chicos más grandes protegiendo al resto. El grupo de Amir lustraba zapatos, el de Julián lavaba autos en una esquina, y el de Lucas recorría gran parte de la ciudad juntando cartones.
Lamentablemente para ellos, ya no se veían como los chicos inocentes que eran en aquella época anterior: la gente los ignoraba, los despreciaba, e incluso varios huyeron y amenazaron con llamar a la policía, creyendo que iban a ser asaltados. Aunque no estaban seguros si los que habían cambiado eran ellos o la vida en la calle.
Cerca de las cinco de la tarde, todos se reunieron a unas pocas calles del hogar para hacer una puesta en común de lo recaudado.
—¿Tan poco? —preguntó Lucas, al ver que el resto de los grupos apenas había alcanzado los $10.
—No sé qué le pasa a la gente, está toda loca. Nos mira como si le fuéramos a robar —dijo Mateo.
—A nosotros nos pasó lo mismo —admitió Lucas—. Lo que recaudamos entre todos los grupos no supera los $30, ¿qué vamos a hacer?
—Nada, ¿qué querés que hagamos? Listo, es lo que la gente da. —Tali se cruzó de brazos, enojada.
—¿Dónde habrá quedado el preocuparse por el otro? —preguntó Malena, más para sí misma que para los demás—. Si yo tuviera plata y me vienen a pedir unos chicos que quieren trabajar, los ayudaría todo lo que pueda.
—Supongo que vamos a tener que seguir un rato más antes de volver, tan poca plata no nos va a servir de nada —dijo Lucas.
Los tres grupos estaban por separarse para continuar con su jornada laboral, cuando de repente Amir, furioso, patea uno de los baldes llenos de agua que Lucas había llenado para lavar los autos.

—¡¿Qué hacés, demente?! ¡¿Te volviste loco?! —le gritó.
Amir se dejó caer sobre el suelo, tapándose la cara sentado. Parecía que estaba llorando.
—¡¿Por qué hiciste eso?! —preguntó Lucas, sin mucha paciencia.
Amir lo miró de frente, su cara toda mojada por las lágrimas. —¡Estoy harto! ¡Harto de vivir como un méndigo! ¡Nunca en la vida pensé que me iba a rebajar a tanto! Trabajar en la calle, pedir, mendigar… ¡Yo! ¡El príncipe Amir! ¡Esto no puede ser! ¡Yo tendría que estar en mi palacio!
Sin saber muy bien como reaccionar, algunos de los chicos se rieron, creyendo que se trataba de una broma.
—¡Estoy hablado en serio y exijo que se me respete! ¡Soy un príncipe! —gritó.
—Sí, claro, y yo soy Sailor Moon —se burló Lucía.
Malena se acercó hacia Amir y se sentó a su lado, abrazándolo.
—¿Pueden parar de burlarse? ¡Amir está diciendo la verdad!
Todos se miraron incómodos.
—Sí, lo que escucharon —continuó Malena, ahora un poco más tranquila—. Amir es un príncipe. Esa historia que les dije de que perdió la memoria fue un invento nuestro, en realidad se escapó de su país porque lo querían obligar a casarse con una chica que ni siquiera conocía. La policía lo estaba buscando y por eso tuvimos que inventar esa historia. Era la única manera de que pueda vivir con nosotros, sin que lo lleven de vuelta allá.
—Mirá, Malena, si nos están tomando el pelo… —comenzó Carola, pero Malena la interrumpió.
—No les estoy tomando el pelo. Es verdad. Ahora lo saben, y tienen que prometer que no van a decir nada, porque si no se pueden llevar a Amir para siempre.
Por un momento nadie dijo nada, ni un auto circulaba por la calle, oyéndose solo el llanto de Amir.
—Bueno… eso explicaría muchas cosas, supongo —razonó Lucas.
—¡Con razón Amir fue siempre tan delicadito! —exclamó Mateo. Lucas lo miró con cara de pocos amigos—. ¿Qué? ¿Qué dije de malo?
—Perdoname, no tenía idea —dijo Lucas, ofreciéndole su mano a Amir. Este la tomó y se reincorporó. —Pero ahora ya no sos más un príncipe, estás acá, con nosotros. Tenés dos opciones: o volvés a tu palacio a casarte con esa chica, o te quedás acá, trabajando, aceptando tu nueva vida: la de un chico huérfano.
Amir miró a todos sus amigos, uno por uno.
—Elijo quedarme —murmuró—, pero tienen que prometerme que no van a decir nada.
—No te preocupes. No sé cómo serán las cosas en tu palacio, pero acá entre nosotros no nos traicionamos.

Dos horas más tarde, a la hora de la merienda, todo el hogar se había reunido en el comedor. Una torta de chocolate con seis velitas se acomodaba en el centro, frente a Josefina, y el resto de los presentes entonaban el «Feliz cumpleaños» al unísono. Al finalizar, Josefina sopló las velas y todos aplaudieron.
—¡Feliz cumple, Jose! ¡Ya tenés seis añitos! —la felicitó Clarita, mientras le daba un abrazo gigante.
—Gracias. ¡Estoy re contenta! ¡Este año por fin voy a ir a la escuela!
—Así es. Y vas a tener las mejores notas, seguro, porque sos re inteligente —dijo Nadia.
—Lástima que no te pudimos comprar ningún regalo… —se lamentó Clarita—. Pero bueno, por lo menos no te dejamos sin torta, que eso es lo más importante.
—En realidad —intervino Malena—, eso de «dejarla sin regalo» no es totalmente cierto.
—¿Cómo? —preguntó Josefina.
—Con los chicos estuvimos pensando y, no ganamos mucho hoy, pero decidimos entre todos gastar lo que recaudamos en un regalo para vos, por ser tu día —confesó—. ¡Pasá, Lucas!
Entonces Lucas pasó de la sala principal al comedor con una muñeca muy grande, y se la entregó a Josefina.
—Feliz cumpleaños —le dijo—. ¿Te gusta?
—No será mucho, piba, pero es todo lo que pudimos pagar —comentó Nadia.
—¡Me encanta! ¡Es enorme! —dijo Josefina, emocionada, abrazando a su muñeca, la cual era tan grande que casi igualaba su tamaño.
—¿Cómo se va a llamar? —preguntó Carola.
Josefina se tomó un momento parar mirar a su muñeca: era grande, rosada, y suave. Tenía una mirada que le hacía acordar mucho a ella misma. Y entonces, sin dudarlo, respondió:
—Josefita. Mi muñeca se va a llamar Josefita.

Y en ese instante supo que no solo había obtenido de regalo una muñeca, sino también una nueva mejor amiga.

1 comentario:

  1. Que tierna Jose y que buen gesto por parte de los chicos al guardar el secreto, me pregunto ¿Qué pensará ahora Julián sobre su ex novio príncipe?

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¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

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