Capítulo 17: No hay más paciencia


—¿Podemos hablar? —Malena tomó a Lucía por el brazo esa tarde, justo después de que terminaran de almorzar.
—¿Qué querés? —preguntó ella. El resto de los chicos ya se había ido.
—Quería disculparme. Tenías razón con lo que decías de Lucas, y yo como una tarada me la agarré con vos.
Lucía elevó una ceja con desprecio.
—Qué bueno que al fin te hayas dado cuenta —murmuró, mirando hacia un costado y cruzándose de brazos.
—Fui una idiota, ya lo sé. ¿Puedo hacer algo para compensarlo? ¿Ayudarte con Amir?
—Amir está muerto para mí —dijo Lucía, con cierta amargura en su voz—. No te preocupes por eso.
—¿Eso significa que volvemos a ser amigas?
Lucía sonrió. —Sí, pero la próxima vez escuchame cuando te hablo, ¿está bien?
—Te lo prometo.
Ambas se dirigieron hacia la sala principal, y estaban a punto de subir las escaleras cuando la puerta hacia la calle se abrió y Lucas ingresó con una acompañante no muy esperada: Pía.
—¡¿Qué hacés vos acá?! —preguntó Lucía.
—Pará, calmate —intervino Lucas—. La invité yo porque quiero que hablemos.
—Ah, ¿sí? ¡Yo tengo un par de cositas que hablar con vos, tarada! —exclamó Lucía y, sin pensarlo, se lanzó sobre Pía y empezó a tirarla por el pelo.

—¡¡¡Soltame, salvaje!!! —gritaba Pía, intentando defenderse cómo podía.
Lucas y Malena intentaron separarlas, tomando a Pía y a Lucía respectivamente.
—¡Pará un poco, calmate!
—No vale la pena, ¡ya fue! —decía Malena, intentando tranquilizar a su amiga, pero al mismo tiempo disfrutando del sufrimiento de su vecina.
Para el momento en el cual finalmente habían logrado detener la pelea, ambas estaban totalmente despeinadas y adoloridas; incluso había algunos restos de cabello esparcidos por el suelo. Sus respiraciones se habían agitado considerablemente y el color de su piel había pasado a ser mucho más rojo de lo común.
—Sos una bestia, ¡mirá cómo me dejaste! —se quejó Pía.
—¡Y la próxima vez que te metas con mi hermano o mi mejor amiga te voy a dejar peor, tarada!
—¡Basta, Lucía! ¡Dejala en paz! —la reprimió Lucas.
—¿Encima te ponés de su lado?
—No me pongo del lado de Pía, me pongo del lado de la no-violencia
—Ay, ¿qué te hacés el pacifista si sos el primero en irse a las manos? Vamos, Malena. No perdamos tiempo con estos idiotas —dijo Lucía, y ambas salieron.
—¿Estás bien? —preguntó Lucas entonces, una vez que estuvieron a solas.
Pía, tomando ventaja de la situación, fingió estar llorando y lo abrazó con fuerza.
—¡No sé por qué tu hermana me odia tanto! ¡Yo lo único que quiero es caerle bien!
—No es que le caigas mal, es que… Lucía es un poco agresiva.
Pía finalizó el abrazo y se puso cara a cara con él. La distancia que los separaba era muy corta.
—Qué bueno que estabas vos conmigo. Tengo muchísimo miedo de que me agarre sola por la calle y no estés para defenderme.
—No te preocupes, yo me voy a encargar de que no te haga nada.
—¿Me lo prometés?
—Te lo prometo —le aseguró Lucas, y esta vez fue él quien la abrazó.

Momentos más tarde, luego de asegurarse de que nadie la estuviera siguiendo, Josefina entró junto con su muñeca al cuarto de Soledad.
—Listo, acá no nos va a ver nadie. ¿De qué querías hablarme? —le preguntó su muñeca, lanzándose sobre la cama y acostándose como si fuera la suya.
—De Betina. ¿Qué vamos a hacer? Laura se fue con ella, pero esa mujer es re peligrosa. ¿Te acordás cómo me agarró del cuello y cómo te trató?
—Tenés que pedirle ayuda a un adulto. Álvaro y Soledad tienen que saber sobre lo que nos hizo, ellos son buenos, nos van a ayudar.
—¡No! ¡Nadie puede saberlo! ¿Estás loca? Si Betina se entera te va a hacer mal. Y yo no quiero que te lastimen, pero tampoco quiero que lastimen a Laura. Al final, el único que sabe la verdad aparte de mí es Mentiritas… él desde el primer día dijo que Betina no era una buena persona.
—No te preocupes por mí. Esa mujer me da miedo, pero por lo menos no tengo que vivir con ella. Tenés que decir la verdad, Laura te necesita.
En ese momento Soledad ingresó y se sorprendió al ver a Josefina en su cuarto.
—Hola, Jose. ¿Qué hacías por acá?
—Nada, jugaba con Josefita —dijo, señalando a la cama de Soledad, donde su muñeca yacía sobre la almohada. Por supuesto que Soledad no veía más que un juguete de plástico.
—¿Te pasa algo? Te noto preocupada. Vení, sentate —indicó, y ambas se sentaron sobre su cama. Detrás de Soledad, Josefita le hacía señas a Josefina para que cuente todo.
—No me pasa nada… —dijo, dudando.
—¿Estás segura? Mirá que a mí me podés contar lo que quieras. ¿Uno de los chicos te está molestando? ¿Es Mateo?
Josefina dudó por unos segundos, mirando al suelo en silencio. Su muñeca seguía haciéndole señas y presionándola para que hable, pero las consecuencias de que algo saliera mal eran muy grandes.
—Nada, solamente extraño un poco a Laura. Y no me gusta que esté con Betina. Esa mujer es… no me gusta.
—¿Betina te hizo algo malo? ¿Te trató mal?
—No, en serio. Solamente decía —respondió finalmente, forzando una sonrisa en la cual Soledad no creyó ni por un momento. —Me voy a mi cuarto —dijo entonces, y corrió hacia la puerta.
—¡Esperá! —la detuvo Soledad—. Si después llegás a cambiar de opinión y hay algo que sientas que me tenés que contar, sabé que podés hacerlo sin miedo. ¿Está bien?
—Sí —respondió Josefina, mirando el suelo, y finalmente salió.

Desde su casa y a través de su teléfono móvil, Betina y Pía estaban observando toda la situación.
—Esta mocosa de porquería no está contando nada pero con esa cara Soledad ya está sospechando… y encima está pensando en hablar —reflexionó la mayor de ellas en voz alta.
—Las cosas están muy revolucionadas en Rincón de Luz, hoy Lucía me agarró de los pelos y ahora Josefina habla sola con su muñeca como si le pudiera responder. Esos mugrosos necesitan alguien que los calme de una vez —añadió Pía.
—No te preocupes, hermanita. Se van a calmar. Empezando por la más chica… Josefina puede ir despidiéndose de su muñeca para siempre. Así va a aprender a guardar un secreto y no meterse conmigo.

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¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

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