Capítulo 07: Conflicto territorial

Al día siguiente, todo en el hogar estaba muy tranquilo y aburrido; nada interesante parecía estar sucediendo. Álvaro había salido a visitar a una de sus ex pretendientes para el cargo de celadora; probablemente estaban poniéndose íntimos. Mientras tanto, en el hogar, todos estaban haciendo cosas poco interesantes como comer, correr, o simplemente descansar en los sillones de la sala principal a la espera de sucesos emocionantes. Tali, Carola, y Mateo se dedicaban al último de los ejemplos.
De repente sonó el timbre. Los tres, desesperados por hacer algo, corrieron a atender la puerta. Eran María Julia (la tía de Álvaro, quien recientemente se había casado con su archienemigo Juan Ignacio), y Trinidad (su mejor amiga, una mujer sumamente estricta y prolija).
—Hola, chicos. —saludó María Julia.
A diferencia de Tali y Carola, quienes no habían reconocido a María Julia, Mateo estaba aterrado: él había destruido accidentalmente su pastel de bodas. Tuvo la sensación de que venía para vengarse.
—¡¿Qué hace usted acá?! —gritó inhibido.
—¡Ay, Mateo! —se quejó Tali— ¿Tenés que ser tan agresivo?
María Julia se reía simpáticamente haciendo bailar sus rizos oscuros –No, querida. Está bien. Solamente pasaba a dejarles esto. –Le entregó a Mateo un paquete negro que tenía en la mano, del tamaño de una caja de zapatos— Es un regalo para vos y el otro nene con el que estabas el día del incidente. –Se acercó a su oreja y le susurró—: Ábranlo solos. ¡Van a volar de la alegría!
Hubo un silencio incómodo.
—Bueno… ¿Álvaro no está? Tenía que hablar con él también. —dijo María Julia.
—No, no está. Tuvo que salir. ¿Pasó algo? –preguntó Tali.
—No, querida, no pasó nada. Cuando vuelva díganle por favor que me llame, es importante. ¿Está bien?
—Yo le digo. –dijo Carola entrometiéndose— Una pregunta… ¿La conozco de algún lado a usted? –agregó mirando a Trinidad, la mujer que acompañaba a María Julia.
—¿A mí? No sé… quizás me hayas visto en la televisión. –respondió sin mucho interés, pronunciando perfectamente cada una de las palabras. Trinidad era una mujer sumamente correcta. Siempre estaba arreglada, aseada, prolija, y firme.
—¡Sí! ¿Puede ser que la haya visto en una propaganda de una escuela de danza? ¿Era usted? –Carola parecía estar emocionándose y sorprendiéndose al mismo tiempo.
—Por supuesto que era yo, esa es mi escuela. Yo la creé. –Si había algo que Trinidad podía hacer bien además de hablar correctamente, era presumir.
—¡¿En serio?! ¡No tiene idea de lo que me gusta su escuela! ¡Siempre sueño que voy y me convierto en la mejor bailarina del mundo! ¡Me encanta bailar! –hizo una pausa— ¿Usted podría dejarme entrar a esa escuela?
De repente Trinidad pareció ser la mujer más grosera del mundo. Soltó una risa burlona, como si Carola le hubiese hecho un chiste de mal gusto. —¿Una huérfana en mi escuela? Difícil. La cuota es muy cara, solo pueden permitírsela las mejores familias de la ciudad. Va a ser mejor que busques algo más económico, querida.
Carola se fue caminando, decepcionada, sin despedirse ni responder con ninguna palabra.
—Bueno, ya tenemos que irnos. Por favor, acuérdense de pasarle mi mensaje a Álvaro. ¡Nos vemos! –dijo María Julia mientras se retiraba del hogar junto con Trinidad.
Tali subió por las escaleras, dejando a Mateo mirando el paquete negro que María Julia le había dejado.
Se quedó inmóvil mirándolo, debatiéndose entre si abrirlo para él, o compartirlo con Coco como correspondía, hasta que Coco pasó y se acercó.
—¿Qué hacés, Mateo? ¿Qué es eso? –le preguntó.
—No sé… lo trajo María Julia.
—¿La loca del casamiento? ¿Y para qué lo trajo?
—Dijo que era un regalo para nosotros dos, y que lo abramos solos.
—¿Por qué para nosotros dos? ¿Dijo algo más? –Coco comenzaba a inquietarse.
—Sí, dijo que era por lo de la torta, y que íbamos a volar de la alegría.
—¡¿Volar?! ¡Mateo, esto es una bomba! ¡Tenemos que hacer algo ya! –gritó Coco mientras ambos entraban en pánico.
Lo tomaron y corrieron desesperados escaleras arriba.
Tan pronto como María Julia se había ido, Tali tomó una decisión: después de la horrible humillación que había sufrido el día anterior, hoy iba a concentrarse únicamente en relajarse y olvidar los sucesos pasados.
Estaba en el baño y había preparado la bañera con todo tipo de velas, espuma, y aromatizantes para asegurar su relax total. Se metió en el agua caliente con su mejor traje de baño que había reservado para estrenar el día que un chico lindo la invite a la playa, pero esta era una excepción.
—Ahora sí… —se dijo a sí misma en voz baja— hoy nada de brujas, nada de Julián, nada de Mateo. Hoy solamente voy a relajarme y olvidarme de todo. Esto es vida…
Cerró los ojos y trató de no pensar en nada. Estaba casi hipnotizada por la relajante fragancia. Le recordaba a un salón de belleza que había visitado una vez; aunque la habían echado, esos cinco minutos habían sido los mejores de su vida, se había sentido como una princesa.
Justo cuando estaba a punto de dormirse, se oyó algo: la puerta se abrió de golpe, y algo pesado cayó sobre la bañera salpicándole toda la cara y tirando varias de las velas al suelo.
Abrió los ojos: eran Coco y Mateo. Lo que habían tirado era el paquete negro que María Julia había traído.
—¡¿Qué hacen, tarados?! ¡¿No ven que estaba tratando de relajarme?! –gritó Tali furiosa, levantándose.
—¡Perdón, Tali! ¡Pero era una bomba y no podíamos esperar! ¡Capaz era por tiempo! –se excusó Coco.
—¡¿Una bomba?! ¡Son unos imbéciles! ¡No me molesten más! –gritó Tali, y a continuación tomó su toalla blanca y se dirigió a su cuarto.
Por la misma puerta que salió Tali, Lucas entró.
—¿Les falta mucho? Necesito usar el baño. –les dijo.
—No, Lucas, ¡No lo uses! ¡Es muy peligroso! —le advirtió Mateo.
—¿Qué decís? ¿Por qué peligroso?
—No le hagas caso, Lucas; lo que pasa es que María Julia nos había traído una bomba, pero ya está toda mojada así que supongo que no funcionará más, ¿No? –explicó Coco.
—¿Una bomba? –Lucas se rió un poco— ¿Cómo les va a dar una bomba la tía de Álvaro? Está bien que parece ser un poco loca, pero no creo que para tanto.
—De verdad, Lucas, ¡Mirá! Fijate en la bañera. –lo retó Mateo. Lucas se acercó y puso sus manos sobre la caja.
—¡No la toques! ¡Puede ser peligrosa todavía! –le gritó Coco.
—No sean nabos, no pasa nada, por lo menos vamos a ver qué hay adentro.
—¡LUCAS, NO! —gritaron Mateo y Coco al unísono. Se cubrieron en una esquina del baño, dándole la espalda a Lucas. Mantuvieron esa posición varios segundos, hasta que sintieron unas gotas de agua por detrás de ellos; voltearon y vieron a Lucas con la caja abierta.
—Acá tienen su bomba, espero que hayan disfrutado arruinándola. –les dijo mostrándoles el interior de la caja: era una torta igual a la que habían destruido, pero con menores dimensiones, y una tarjeta que decía “Sin rencores”.
—Nos confundimos feo, Matu. A lo mejor María Julia no era tan mala como parecía, y el día que le arruinamos todo había reaccionado así por los nervios. –dijo Coco.
—¡NO PUEDE SER! ¡Teníamos una torta re rica y la arruinamos!
—Sí, pero bueno, ¿Qué se le va a… —Coco se interrumpió a sí mismo— ¡Mateo, dejá de comer esa torta! ¡Está toda mojada, asqueroso!
—¡No importa, está rica igual! —le respondió Mateo con la boca llena de glaseado.


Tali, frustrada, cuando ya estaba en su cuarto completamente seca, se sentó en una de las sillas, se puso su crema relajante por el cuerpo, y se colocó dos rodajas de pepino sobre sus párpados.
—Ahora sí… acá no va a molestarme nadie. El baño de relax fue un fracaso, pero no me van a poner nerviosa. Este es MI día de relax, y no lo van a interrumpir dos idiotas con un paquete negro.
Esta vez llegó a dormirse, pero no le duró mucho: a los pocos minutos la despertó una música muy movida.
Abrió los ojos y vio a Carola ensayando con el reproductor de la sala de juegos. ¿Desde cuándo había estado ahí ella? Ni siquiera la había visto entrar.
—¡Bajá eso! —le ordenó Tali furiosa mientras corrió a apagar la música.
—¿Qué hacés? ¡¿No ves que estoy ensayando?! –le respondió Carola también gritando.
—¡Pero yo vine antes! ¡¿Por qué no te vas a bailar a la sala de juegos?!
—¡Porque están los chicos jugando al fútbol! ¡Este es el único lugar con espacio!
—¡No me importa! ¡Yo vine antes! ¡Andate! —gritó Tali nuevamente
—¡No puedo, nena! ¡Tengo que ensayar sí o sí!
—¡Me importa un corno! ¡¡¡Ya te dije que yo vine antes que vos así que andate!!!
—¡No me interesa que hayas venido antes! ¡Este no es solamente tu cuarto! ¡Es de las dos así que vas a tener que soportarlo!
—¡No voy a soportar nada! ¡Te vas a otro lado! –insistió Tali mientras le señalaba la puerta.
Carola hizo caso omiso y, furiosa, volvió a encender el reproductor de música y a bailar.
Tali se sacó de quicio. Tomó la almohada de una de las camas sin uso y comenzó a golpear a Carola, quien no se quedó atrás y la golpeó con otra almohada también.
Accidentalmente uno de los almohadazos de Carola le hizo un poco de daño al ojo de Tali. Ambas se quedaron quietas.
Tali, examinando su ojo, no aguantó más. Estalló de la furia y le gritó a Carola como nunca nadie le había gritado nunca.
—¡SOS UNA TARADA! ¡¡¡NO SÉ PARA QUÉ QUERÉS BAILAR SI VAS A TERMINAR SIENDO UNA FRACASADA COMO TU MAMÁ, QUE ENCIMA TE ABANDONÓ!!!
Carola miró el suelo llorando. Eso era, definitivamente, lo peor que Tali podía haberle dicho.
Ella tampoco podía creerlo. ¿Cómo pudo hacerle eso a su amiga? Esta vez definitivamente se había excedido.
—Carola… perdoname… no quise decir eso —se disculpó en voz baja.
—¡Basta! ¡Ya dijiste todo lo que tenías que decir! —gritó Carola en medio de su llanto, y salió corriendo por la puerta, dejando atrás todo rastro de la amistad que las había unido por tanto tiempo.

4 comentarios:

  1. Vaya!! veo que no has subido un nuevo capitulo en largo tiempo, espero lo hagas pronto xq la verdad a mi me encanta tu novela!!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Lau! :)
    Sí, estoy reduciendo la frecuencia en la que subo capítulos porque me pareció que iba demasiado rápido y los nuevos lectores iban a tener demasiado para leer, pero me comprometo a subirlos todos hasta el último tarde o temprano, así que por eso no te preocupes. De nuevo gracias y me alegro mucho de que te guste lo que escribo!

    ResponderEliminar
  3. aay, me acuerdo de este capitulo de rincon xD sobretodo lo del baño de relax de tali y cuando le grito a carola. redactas muy bien, voy a seguir leyendo

    ResponderEliminar

¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

Escrito por Fundador

Twitter

Soñamos juntos con:



Soñamos juntos con:


PLL Arg

Ediciones Frutilla

Una nueva aventura comienza

Letra por letra

Seamos aliados



Seamos aliados


Busca la Luz