Capítulo 19: Las diferencias que nos unen



Malena no sabía dónde estaba, ni cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había estado en el hogar, ni por qué le dolía tanto la cabeza. Lo primero que vio al despertar fue el cielo; el césped bajo ella le hacía un poco de cosquillas en las manos, y el aroma del bosque la relajaba. De repente recordó todo: las mentiras de su tía, su secuestro, sus amenazas, sus golpes, y el accidente en auto. Justo cuando empezó a creerse muerta, vio la cara de alguien más por encima suyo, alguien que le hablaba.
—Por fin te despertás. ¿Estás bien?
Era un chico más o menos de su edad, pero bastante más alto que ella. Se parecía un poco a Lucas, con la diferencia de que su cabello era más oscuro y su cara tenía facciones perfectamente simétricas y delicadas.
—¿Quién sos? —se atinó a preguntar Malena, siempre desconfiando.
—Mi nombre es Amir, y soy un príncipe, así que exijo respeto.
—¿Un príncipe? —Malena se rió descaradamente en frente suyo. Luego volvió a ponerse seria mientras se sentaba—. ¿Qué pasó conmigo? ¿Dónde estamos?
—Te encontré en el auto con la otra señora y te traje hasta acá —explicó con cautela.
—¡Mi tía! ¿Ella está…?
—Me temo que sí, falleció. Pero la buena noticia es que vos parecés estar bien.
—Sí, solamente me duele un poco la cabeza —comentó con indiferencia.
Amir se quedó en silencio esperando otro tipo de reacción. Al ver que Malena no hacía nada, decidió hablar. —…¿Eso es todo? ¿No vas a llorar o algo?
—¿Llorar? —Malena rió—. Esa bruja nos hizo la vida imposible a mi papá y a mí; lo único que espero es que ahora esté pagando todas sus deudas en el infierno.
—Ese es un pensamiento muy agresivo para una dama.
Malena volvió a reír. —¡Pará un poco! ¿De dónde saliste, Príncipe Amir? —le preguntó con ironía.
—¡Basta de risas! ¡Tus burlas son inaceptables! Sin embargo voy a contarte la verdad, y es que soy un poco culpable de todo lo que sucedió, pues el auto con el que chocó el tuyo era mío, yo manejaba.
—¿Y vos también estás bien?
—Sí, iba con máxima seguridad, como corresponde. Estaba huyendo de alguien y por eso anduve por el bosque; perdí el control cuando las vi a ustedes y bueno… ya sabés qué sigue. Cuando vi que estabas bien te traje para acá y te apliqué algunas técnicas de primeros auxilios para reanimarte.
—Parecés saber mucho para tener solamente doce años. Encima manejás.
—Tengo trece, y sé estas cosas desde los siete. Forma parte de mi formación real como príncipe —se jactó Amir.
—¿De verdad sos un príncipe? ¡No mientas! ¡En este país no hay príncipes, sos un farsante!
—¡Por supuesto que no! ¡Soy europeo! Mis padres quisieron arreglar mi matrimonio con una chica que ni siquiera conozco, es la tradición allá. Pero yo no iba a dejar que dominen así mi vida, así que me escapé a un lugar donde nunca iban a pensar en buscarme… Del otro lado del planeta, en un país que nadie conoce.
—¡Hey! ¡Yo nací en este país! —Malena se puso de pie dispuesta a huir ofendida, pero Amir la detuvo.
—¡Silencio! Ya te di demasiadas explicaciones, ahora es tiempo de pensar cómo vamos a salir de este lugar.
—Primero tendríamos que saber dónde estamos. ¿No sabe usted sobre geografía, señor príncipe? —se burló Malena, haciendo una reverencia.
—Basta de burlas. Sí sé sobre geografía, pero de nada sirven mis conocimientos si no tengo ningún punto de referencia para ubicarme.
—Pará un poco, hablando así parecés un abogado más que un príncipe.
—Exijo que dejes de juzgarme y nos unamos para salir de este lugar cuanto antes —propuso Amir con amabilidad.
—Bueno… tenés razón, si estamos juntos somos más, Soledad siempre dice eso —admitió Malena—. Y decime, ¿dónde tenés pensado ir vos? Porque si sos de Europa me imagino que no tendrás un lugar para quedarte acá en Argentina.
—Planeo gastar mis ahorros en el alquiler de un gran departamento lujoso hasta que cumpla la mayoría de edad y pueda decidir legalmente por mí mismo, o al menos hasta que la situación en mi país se calme.
—¿Y cómo hacés para hablar español si no sos de acá? Y hasta hablás en argentino y todo —lo interrogó Malena, convencida de que Amir estaba inventándoselo todo.
—¿Tengo que repetirte que soy un príncipe? Estoy constantemente viajando de un lugar a otro; es una mis obligaciones recibir clases de idiomas y práctica de acentos, incluyendo acentos de lugares tan desconocidos como este. Pero si querés con gusto te hablo en inglés, alemán, o francés. Son los tres idiomas que domino a la perfección. También sé algo de latín y griego antiguo.
—Mejor háblame en español y listo. Te creo —confesó, aunque sin estar muy segura—, ahora vamos a salir de acá sea como sea. Con mi habilidad y tus conocimientos nada va a poder impedirnos volver. ¿Estás listo?
—Ahora la que habla raro sos vos. Vamos, salgamos de acá.
Y ambos comenzaron a caminar sin rumbo aparente, a la deriva, pero siempre acompañados entre sí.


Nadie en el hogar sospechaba lo que acaba de sucederle a Malena. Soledad y Álvaro no habían hablado desde el suceso de la expulsión de Julián, pero a Soledad no le gustaba guardarse sentimientos porque sabía que esa no era una conducta sana, por eso golpeó la puerta de su cuarto y sin más preámbulos le dijo lo que sentía que debía decirle.
—Gracias.
—¿Gracias por qué? —preguntó Álvaro con la mirada algo retenida. Soledad estaba en la puerta de su cuarto, con una escoba en mano, y con el orgullo ausente.
—Gracias por haber defendido a Julián. Eso habla muy bien de vos.
—Lo hice porque me parecía lo más justo, y no me gustan las injusticias. Así como tampoco me gusta que me mientan y se burlen de mí a mis espaldas.
—Sobre eso… ¿Podemos hablar? —preguntó Soledad y avanzó, cerrando la puerta y sentándose en la cama.
—Bueno, ya pasaste. ¿Qué querés?
—Vení, sentate —lo invitó Soledad.
—Es mi cama y mi cuarto, no necesito que me den indicaciones.
—Por favor, no vine a pelear —insistió Soledad mientras señalaba con su mano un lugar de la cama junto a ella. Álvaro le hizo caso y se sentó ahí—. Me quedé pensando en lo que hiciste y lo que hice yo.
—¿Haberme mentido? ¿Haberte hecho pasar por otra persona para burlarte de mí? —preguntó Álvaro con un tono que dejaba más que claro que seguía guardándole muchísimo rencor.
—Mirá, no lo hice para burlarme de nadie; yo necesitaba el trabajo y fue lo único que se me ocurrió para poder conseguirlo.
—Claro, mentir. ¡Qué buen ejemplo le das a los chicos, Soledad! —se burló Álvaro.
—Por favor, te lo repito, no vine a discutir. No sé si ya te había dicho esto antes, pero te quiero pedir disculpas por lo que hice. No estuvo bien, lo sé y lo admito, y tampoco estuvo bien cómo reaccioné cuando te enteraste; me puse a la defensiva.
Álvaro se quedó en silencio unos segundos, algo sorprendido. —Bueno… la verdad que no esperaba que me dijeras esto.
—Ahora por situaciones de la vida se dio que esté trabajando de nuevo acá, como quien realmente soy, y no quiero que haya rencores entre nosotros. Puede que no seamos amigos, pero por lo menos tengamos buen trato. ¿Qué te parece? —propuso Soledad.
—Bueno, a decir verdad, trabajabas muy bien. Y admito que los motivos por los cuales no te contraté fueron un poco estúpidos, pero me sentí un idiota cuando me mintieron y no creo que me haya merecido eso.
—Y no te lo merecés, tenés toda la razón del mundo, pero parece que recién me di cuenta de eso cuando vi cómo actuaste con lo de Julián. Se nota que te encariñaste con los chicos tanto como yo, pero a vos te cuesta admitirlo.
Álvaro se inhibió un poco y se puso de pie como si la cama hubiese empezado a quemarse. —Bueno, basta de sentimentalismos. Ya está, te perdono, está todo bien. Andá y seguí trabajando que para eso te pagan.
Soledad se puso de pie también, y dio un paso hacia la puerta, pero inmediatamente regresó y abrazó a Álvaro. —Gracias, de verdad… —le susurró, y finalmente se fue, dejando a Álvaro paralizado, sorprendido, y por sobre todas las cosas, confundido.

Pero él no era el único que estaba así. Soledad tampoco podía definir bien qué le estaba pasando. Siempre había creído que Álvaro, al ser un Del Solar, era ambicioso, egoísta, malvado, y siniestro. Justamente ese había sido el motivo por el cual había viajado hasta esa ciudad exclusivamente para trabajar en su hogar de niños huérfanos; sin embargo, algo había empezado a cambiar en su concepción sobre él: aparentemente Álvaro no era como los demás, parecía ser que estaba, de a poco, descubriendo algo de luz en Álvaro. Él era diferente.

4 comentarios:

  1. Me encanto el capitulo, por fin llego Amir!!!
    Y los celos de Amir!! :-)

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  2. Siiiiiii llego Amir y al fin Álvaro y Sole empiezan a estar juntos

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  3. muy lindo el momento de alvaro y sole, aunqe yo siempre quise que se quede con flopy (la chica q llega despues en la novela) xD debo ser la unica
    por fin llego amir! y q bueno q trini murio, sueno re mala pero buee era una bruja

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¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

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